La Ley de la Forma enseña que hay una tendencia a que todas las personas sean un tipo de «forma»
Los términos utilizados en la lectura de los personajes deben asociarse con todas las formas conocidas, y los nombres fuera de esto deben evitarse en las descripciones en la medida de lo posible. La aplicación de la Ley de la Forma nos permite distinguir la diferencia entre las formas de los objetos, y la diferencia en la forma siempre indica una diferencia en la función. Las funciones de los órganos de los sentidos difieren como la forma, y no nos equivocamos sobre la función de cada uno.
La función de los órganos vitales del cuerpo es actuar; un vehículo para la generación de fuerza vital, y juzgamos el grado de vitalidad a partir de la forma exterior del cuerpo. La función de los huesos y los músculos es actuar como vehículo para la fuerza y la resistencia, y la apariencia externa nos permite estimar hasta qué punto se puede poner la fuerza de resistencia. La función del cerebro y el sistema nervioso es el vehículo para la acción mental, y juzgamos desde la forma externa de la cabeza la dirección en la que se manifiesta mentalmente. De la misma manera podemos juzgar por la forma de la cara y cada órgano individual del cuerpo, el carácter de su función y la capacidad para un propósito determinado.
Si llevamos la ley de la forma a los reinos animal y vegetal, encontramos que la ley seguirá funcionando. Todo se clasifica según la forma, y la forma determina con qué propósito la vida detrás de la forma puede utilizarla como vehículo de manifestación. Se podría escribir mucho para ilustrar esta ley. Podríamos dar innumerables ejemplos para mostrar que el carácter de los animales, incluso de la misma especie, difiere según su diferencia de forma.
Pero nuestro objeto especial es la aplicación de la Ley de la Forma a la humanidad, y a la raza caucásica en particular, y encontramos que hay una mayor variedad de forma en la raza caucásica que en las razas mongola o etíope, y por lo tanto una mayor variedad de carácter y capacidad. Si no es la diferencia de forma lo que nos permite distinguir de los retratos de los hombres, el tonto del filósofo, el moralista del inmoral, el egoísta del desinteresado, ¿qué es?
Por regla general, las líneas rectas y los ángulos agudos representan condiciones positivas y masculinas, y las curvas agraciadas, ya sean convexas o cóncavas, representan condiciones negativas y femeninas. De ello se deduce que cuando se aplica la ley natural para determinar la forma de cualquier parte del cuerpo, podemos estar seguros de que una u otra de las cualidades anteriores forman parte del carácter, según el caso, y pueden ser incorporadas en la delimitación.