Quizás lo más obvio es que pensamos en los jardines como un símbolo de fertilidad, vida y crecimiento.
Según Jung, «un jardín es un lugar donde la naturaleza es sometida, ordenada, seleccionada y encerrada. Por lo tanto, es un símbolo de la conciencia en oposición al bosque, que es un símbolo de la inconsciencia, de la misma manera que la isla se opone al océano. Al mismo tiempo, es un atributo femenino por su carácter de recinto» (Psicología y Alquimia) Probablemente el jardín más notable a lo largo de la historia es el del Edén, símbolo del paraíso, santuario e inocencia.
El jardín ha sido usado desde la historia como un lugar sagrado dependiendo de los tiempos y la ubicación. A partir de la historia de la creación en la Biblia, el primer jardín que se creó fue el Jardín del Edén en el que había frutas y animales salvajes sobre los que Adán y Eva recibieron la autoridad de nombrar y cuidar el jardín se utilizó simbólicamente para representar la perfección de la dotación de Dios. El jardín en algunos casos se usó para referirse a la humanidad. En el libro del Nuevo Testamento Jesús se refiere a sí mismo como el jardinero y el jardín en este caso eran sus seguidores. En el jardín hay varios tipos de animales y plantas que representan la belleza que rodea a la humanidad, así como el significado que tienen los diversos tipos de plantas y animales. Se creía que si se plantaban plátanos en el jardín, eran señales de un mal almuerzo para los marineros, por lo que los plátanos estaban prohibidos en los barcos o en cualquier otra embarcación.
Cortar un plátano en el jardín y por cierto en forma de «Y» se creía que si uno hacía sus deseos en ese momento, se le concederían. Según la época medieval era común enterrar animales en los jardines como una forma de apaciguar a los antepasados que a su vez permitirían que el rendimiento de uno fuera abundante durante esa temporada. En algunos casos se creía que los primeros cultivos que se cosechaban en el jardín se daban a mujeres que habían dado a luz recientemente, ya que se creía que eso bendecía el rendimiento. Se creía que si una persona caminaba por un huerto y luego se limpiaba los pies con una hoja de cerezo, evitaba que se ahogara en caso de que se alimentara con los frutos de ese huerto.
Se consideraba un signo de buena suerte comer doce uvas antes de la medianoche durante la víspera del Año Nuevo mientras se estaba de pie en el jardín. En el proceso, si uno pedía un deseo sobre la salud de otras personas, se le concedía. También se creía que cualquier mujer que comiera fresas durante esa noche sería bendecida con gemelos en caso de que diera a luz durante ese año. Sin embargo, en el caso de las moras, se creía que eran un signo de representación diabólica y en la mayoría de los lugares la gente no las comía, además se usaban para predecir el futuro de cualquier aventura amorosa. Si una mujer ponía la cáscara bajo su ropa interior y luego saludaba a su amante, era una clara señal de que se casarían en el futuro.